martes, 15 de mayo de 2007

Obsesión del deseo virginal




(Acerca de la novela Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez)

Después de diez años sin publicar obras de ficción, el escritor colombiano Gabriel García Márquez reaparece con Memoria de mis putas tristes (Norma, 2004), novela que viene a satisfacer a sus miles de lectores.
Esta es una novela en la que el personaje nos demuestra la vida desde otra perspectiva, en la que uno puede llegar a sentirse amado sin importar la edad y lo mucho que haya vivido (“la edad no es la que uno tiene sino la que uno siente”, dice el personaje protagonista). Obra en la cual la literatura, la prostitución, incluso el miedo a morir solo, el amor no correspondido, forman parte del mundo ficticio que envuelve al personaje y que nos atrapa como lectores.
El personaje de esta obra inicia con el relato de su vida, quien a sus noventa años quiere regalarse una noche de amor con una adolescente virgen. Es aquí donde él cree empezar una nueva vida, a una edad en la que la mayoría de las personas están muertas, y él que no hizo nada sobresaliente a excepción de escribir, pero sin la vocación ni virtud de narrador, lo único que le regocijaba era guardar en su memoria muchos libros leídos en su vida.
Su vida pública en cambio carecía de interés: huérfano de padre y madre, soltero, periodista mediocre, amante furtivo. Hasta que en la víspera de su cumpleaños decide recrear su mayor fantasía sexual con una virgen que solicita a su amiga dueña de un prostíbulo. Esta le consigue a una adolescente, de la cual él se enamora y se obsesiona; a la vez siente un profundo vacío al no poder jamás conversar con ella. Al final el personaje piensa en no poder llegar a experimentar un nuevo amanecer en el que se cumpla la ilusión de sobrevivir hasta el último aliento de sus noventa años a lado de la mujer que despertó en él la mayor de las pasiones.

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