martes, 28 de agosto de 2007

Quisiera ser secretaria



Muchos (familiares, compañeros de clase, amigos, vecinos, etc.) me siguen preguntando ¿por qué elegí estudiar periodismo?, pues la verdad hasta ahora no encuentro una respuesta para ello. Conozco a algunos que se han entregado a esta carrera, otros que pretenden hacerlo una vez que tengan el título bajo el brazo; soy realista: no me gusta el periodismo. Hubiese elegido una carrera que me abriera las puertas a un empleo donde la remuneración no sea una miseria; ¿por qué entonces no habré elegido estudiar para secretaria, ah? Ellas nos sufren, por lo menos no conozco a una que se queje de sus oficios.
Una secretaria se la pasa a vaca y gana bien. Se cuida, es una niña mimada (sobre todo si la figurita la acompaña) por el jefe y compañeros de trabajo, no entrega oficios solo los redacta y no necesariamente debe saber escribir -¡es secretaria pues qué les pasa!-; es la mano derecha del jefe y dá órdenes, contesta las llamadas y recibe oficios (si es que está de buen humor inmediatamente, sino a esperar). Puede invitar amigas a la oficina y charlar en los ratos libres (o sea siempre), chatear en el messenger si es que el considerado del jefecito le puso Internet, llamar a su gordo (novio, marinovio o esposo) y desde luego limarse las uñas, porque es parte de la estética laboral.
Una secretaria es el modelo perfecto para quienes pretenden todo ligero, fácil, ya listito. No recuerdo haberme encontrado con una de ellas que anteponga sus necesidades personales por las colectivas, porque siempre estará el almuerzo o el baño entre las prioridades (¡la estética, por Dios, la estética!).
Puedo distinguir dos clases de secretarías: las que recién empiezan el recorrido y las que van por la mitad del camino. Las primeras siempre sonríen, susurran al teléfono, intentan complacer en todo al jefecito (laboralmente, cuidado se piensa mal), si están detrás de una ventanilla o escritorio sus palabras son alentadoras, trasmiten confianza dando hasta ganas de volver donde ellas; las segundas son aquellas que de tanto estar sentadas en el mismo lugar por años y años, de repetir las mismas acciones, palabras y excusas, han perdido el encanto por lo que hacen, por eso están serias, amargadas, apurando al reloj de su muñeca o de la pared para que las libre de la tortura diaria, a ellas les tememos y evitamos.
Pero a pesar de todo quisiera ser secretaria. Usar unas hermosas medias pantis, tener las uñas de rojo y brillantes, estar fresquita de tanto aire acondicionado, y saber que sin falta me espera al final del mes una hermosa cantidad en mi cuenta del banco. La vida es tan sencilla cuando se tiene privilegios.

¿Alvarito liberal?




Como espectadora de telebasura creí haberlo visto todo en los canales ecuatorianos, pero no, una vez más me he dado cuenta que aún pueden asombrarme las barbaridades que se dicen. Otra vez (¿dónde quedó la seriedad del dicho “a la tercera es la vencida” ah?) Alvarito Noboa (el diminutivo es por lo infantil que se lo ve) ha decido participar nuevamente en una elección popular, esta vez ya no como candidato presidencial sino como asambleísta.
La verdad es que su participación poco me llamaba la atención. Pero la semana pasada en una entrevista que alguien le hizo declaró ya no ser un señorote de derecha sino LIBERAL, así de grande la frase y a la vez espantosa (dio susto verlo), porque resulta que ahora el gordito gracioso y multimillonario ya no solo dice ser liberal sino usar a Eloy Alfaro como emblema de su campaña; así no debe asombrarnos que en el transcurso de las propagandas en vez de gritar el famoso: “¡Adelante, Ecuador, adelante!”, opte por ¡Adelante, alfaristas, adelante!.
Tengamos en cuenta algo, recientemente lo alfarista volvió a estar in, o sea de moda (por si me lee alguna cachorra, ok). Hace algunos meses se estrenó el documental acerca de los Alfaro Vive Carajo (AVC), y como si fuera poco los asambleístas elegidos se concentrarán en Montecristi, la tierra de Alfaro. Y Alvarito, que no tiene nada de pendejito (ya estoy a lo Nebot), sabe que esto le ayudará en las urnas. Ojalá y sus siempre chuecas estadísticas vuelvan a fallar, ya tenemos mucho circo como para hacernos de un payasotote de este calibre.

martes, 21 de agosto de 2007

De cómo decidir el nombre de tu hijo





El próximo año nacerá mi primer hijo (quizás hija, aún no lo sé) y el decidir su nombre se nos ha vuelto por ratos un dolor de cabeza (digo nos porque mi esposo también está en la colada). Y es que no es tan sencillo como antes lo era para nuestras abuelas y madres, porque ellas no tuvieron toda la delicadeza de investigar tal o cual nombre poner a cada uno de sus hijos, por ello podemos reír de nuestras tías, tíos y sus pomposos y cómicos nombres con aire griego y también los propensos al apodo sencillo.
Descartamos Manolo, porque sería en la escuela un mongolo (así le dirían quienes se divierten a costilla de otros); Roberto, tan boberto que terminaríamos creyéndonos el cuento; Tiófilo, no, ni en la peor pesadilla; Agapito estaría bien si es que le tuvieses odio; Menudencia, uff, detestamos las sobras de los cadáveres; Carlos, bueno, pero además incluiríamos un número para distinguirlo de los tantos ya existentes.
Acepto la dificultad y responsabilidad que significa el poner nombre a un hijo: es el que lo acompañará toda la vida (auque podría darse el caso de que una vez mayor de edad se revele contra sí mismo y cambie de nombre). Pero aún queda tiempo para decidirlo, continuaremos revisando la lista...
Quizás así de chocho se vea mi esposo y mi hijo(a), ojalá y no tan afeminado (por la flor) je je...

Amores a la distancia




Existe un dicho común que dice “amor de lejos, amor de pendejos” (disculpas por la crudeza de la palabra con p), y tal vez no falle en la idea, quizás quien la haya dicho fue uno de esos casos donde la experiencia se antepone para hablar o escribir con toda la autoridad posible del tema.
La distancia jamás será un lazo seguro para que las relaciones sentimentales funcionen, lo sé por experiencia (pero ese caso no interesa). Mi amiga, una de las mejores en esta ciudad de amistades dudosamente confiables, me ha contado de que su relación con fulano marcha bien, de que el amor entre ambos es incorruptible; solo encuentro un pequeñísimo error en lo que me cuenta: él vive fuera del país por más de un año.
No sé cómo podría continuar una relación sentimental cuando los involucrados en ella no tienen el contacto físico (besos, caricias) y emocional (secretos, susurros al oído) que toda relación necesita para confirmarse, sí muchos dirán que la confianza lo puede todo, pero en la actualidad nada es seguro.
Ahora ella espera que su amor cada día encuentre mayor solidez (es una soñadora que rechaza la realidad) con su pareja, yo lo dudo, un año no pasa en vano, y las personas cambian, las relaciones se trastocan, se acondicionan al espacio. Quizás no quiera aceptar que su “relación” ya no es existe, y que solo es un recuerdo de algo que fue y acabó. El amor es frágil, muy frágil de conservar.
En la foto el vivo retrato del dolor

lunes, 20 de agosto de 2007

PARA AQUELLOS QUE NO CREEN…


EL EXISTE

SI un niño puede entender esto, por que nosotros no?

Un día, una niña de 6 anos estaba en su salón de clases. La maestra iba a explicar la evolución a los niños.
Entonces le preguntó a un niño:
MAESTRA: Tommy, ves ese árbol allí fuera?
TOMMY: Si.
MAESTRA: Tommy, ves la grama afuera?

TOMMY: Si.
MAESTRA: Ve afuera, mira hacia arriba y dime si puedes ver el cielo.

TOMMY: Muy bien. (Volvió al cabo de unos minutos). Si, vi el cielo.
MAESTRA: Viste a Dios?

TOMMY: No.
MAESTRA: Ese es mi punto. No podemos ver a Dios porque no esta allí. El no existe.
Una pequeña niña pidió permiso para hacerle unas preguntas al niño.
La maestra aceptó y la niñita preguntó:

NIÑITA: Tommy, ves ese árbol allí fuera?

TOMMY: Si.

NIÑITA: Tommy, ves la grama afuera?

TOMMY: Siiiiiiiiiiiiii... (Cansado de todas esas preguntas)

NIÑITA: Ves el cielo?

TOMMY: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...........

NIÑITA: Tommy, ves a la maestra?

TOMMY: Si...

NIÑITA: Ves su cerebro?

TOMMY: No.

NIÑITA: Entonces, según lo que hemos aprendido hoy con la maestra, ella No tiene cerebro!

"PORQUE POR FE ANDAMOS, NO POR VISTA" (2 Corintios 5:7)
Así que si crees que hay un Dios, no lo dudes más para q no nos olvidemos que Dios espera por nosotros…

Te amo tal como eres, antes de que me pidas perdón, yo ya te he perdonado. Yo soy la luz, quien me siga nunca estará en tinieblas. Te amo.

Jesucristo.

lunes, 13 de agosto de 2007

Odio a los políticos




No me gusta la política, es más detesto a quienes la practican. Hoy empezó la campaña propagandística de los candidatos a Asambleístas y de seguro terminaré odiándolos más. Por qué, las razones son suficientes: pintarán las paredes de la ciudad, pondrán sus hipócritas rostros en vallas, incluso algún mequetrefe de esos osará a obsequiarme su tarjeta e intentará convencerme que vote por él. Patético.
¿Cómo sería el mundo sin políticos?, me lo imagino más armónico sin tanta problemática social. Más allá del inicio de las campañas electorales, me desconcierta saber que el Estado gastará mucho dinero en los medios de comunicación para promocionar a varios candidatos, y con tantas necesidades que la población ecuatoriana urge. Es un país absurdo me digo repitiendo. Es un país infestado de políticos.
Solo espero que cuando vaya por la calle no se me acerque ninguno de ellos con tarjeta en mano, intentando abrazarme, sonriéndome, convenciéndome -una vez él convencido- de ser uno de los elegidos que ayudará a la transformación del país, desde su papel como asambleísta. No sé si esta vez podré retener la carcajada de burla ante tanta payasada.

La muerte de una escritora



¿Cómo reaccionamos cuando las personas apreciadas deciden desaparecer por su propia voluntad? Jamás he sido partidaria del suicidio, por eso cuando mi esposo me contó lo que había hecho su amiga escritora de Guayaquil me horroricé por el hecho. No entendí en ese momento por qué lo hizo, ahora menos. El dolor tuvo que ser muy fuerte para que haya tomado una decisión de esa naturaleza.
Pienso en mi esposo y en sus amigos escritores. He releído el libro de su amiga suicida y de muchos de sus allegados: todos son pesimistas. Recuerdo que en algún momento él también pensó en “vencer a la muerte” -según sus palabras. Aún no entiendo la frase-, y se desgastaba escuchando los temas más deprimentes de muchas bandas alternativas, después escribía y volvía a la música: un círculo desgarrador.
Pronto será un mes desde que ella falleció, ninguno de los dos ha vuelto a pronunciar la tragedia, pero sé que él la continúa pensando, la amistad tiene un peso especial en cada uno (jamás entenderé del todo a los escritores y su sensibilidad), los une cada una de sus soledades.
Lástima por ella y por todos aquellos que alargarán la fúnebre lista de este año.